Tuesday, June 20, 2006



Qué guay sería intercambiar perejil, canciones, zanahorias, llaves inglesas del 12, pimentón dulce, instrucciones de ordenadores, café recién molido, clases de inglés y bizcocho de nueces por las ventanas del patio interior.
No es necesario ser una jipi nihilista ni una jipi iluminada para pensar que el trueque es la mejor manera de optimizar las habilidades y bondades de cada uno.
Yo cultivaría vegetales, cocinaría sushi y tocaría alguna torpeza al piano. Esa es mi oferta.

Thursday, June 15, 2006

Me sorprenden cosas. Me sorprende que haya cocodrilos marinos; que la cisterna del wc de mi casa lleve meses rota y yo no lo supiera; que los domingos por la tarde den pánico; que haya un trozo de bambú en todas las salas de espera. Me sorprende que la otra noche, pasadas las diez, las nubes aún estuvieran claras; que nos guste colgar cosas en las paredes; que los frigoríficos huelan siempre a casa vieja, contengan lo que contengan; que nos de vergüenza explicitar lo que ya es obvio.
Sorprederse es divertido. A veces juego a ser alicia en un pais de lo maravilloso y a sorprenderme por todo con boca en forma de o oberta.

Wednesday, June 14, 2006

Neurons in Mind

Qué hallazgo advertir que el cerebro no era una maraña indivisible de cables (como se creía hasta entonces), sino un compuesto de unidades mínimas bien definidas, las neuronas. Qué gran desaire a los que veían en la mente una sustancia completamente diferente al resto del cuerpo: el cerebro, como el muslo o el pancreas, está formado por células. Ya está. Y qué pendiente resbaladiza se iniciaba entonces: Si está formado por unidades mínimas, como el resto del cuerpo, podrá ser explicado, como el resto del cuerpo, analizando esas unidades mínimas.
Qué gran afrenta a los que quieren ver en la mente algo misterioso. La mente, como la digestión o la respiración, puede desgranarse en procesos simples, explicarse al nivel de las moléculas, que con sus vaivenes desatan la cadena de complejidad que se nos aparece tan inconmensurable y especial.

Yo me decanto sin duda alguna por la crudeza de una mente consistente en neuronas intermitentes. Sin más. Que con un bisturí, un microscopio y un ordenador se pueda coger un trozo de mundo y analizar por igual calles, perros, la kioskera, el bareto, los transeuntes, mi casa, los chicles pegados al suelo, los árboles maltrechos,.... el resultado sería un informe con ecuaciones y gráficas que hablaría de materia.... materia dividida en estados de complejidad.
Este antropocentrismo de creernos, los humanos, especiales al resto, nos hace disfrutar menos de todo.

Tuesday, June 13, 2006

A veces el tiempo es débil.
Las uñas hay que cortarlas con la misma solemnidad que se desnuca a un conejo antes de la paella.
Es cuestión de inevitabilidad.
El tiempo, a veces, es débil.
La que tienes a tu lado que te mira y no te ve.
Es débil.
Cuando las piezas encajan hacen click. Cuando se oxidan, no se oye nada.
Qué es la hartazón?
Y en qué consiste tener una colección de cosas.
No soporto la sistematicidad. Y resulta que la ando suponiendo.
Es débil el tiempo, a veces.
Recoger algo del suelo, algo que se ha caído. Nunca vuelve a estar como antes.
Y si es débil.